¿Quién no se acuerda del famoso Ecce Homo de Borja? La vecina del pueblo, Cecilia Giménez, restauró el cuadro hace ya mas de un año y su "creación" dio la vuelta al mundo. Como no podía ser de otra manera, las crepes también tuvieron su papel dentro de esta historia, y el Horno de San Onofre, en la capital de Madrid, hizo su propia adaptación de la obra.

 

Esta pastelería, situada en el mercado de San Miguel de Madrid, tiene más de cien años y recibió miles de visitas de personas de todo el mundo que querían probar su crepe. Por supuesto, no necesitamos un Ecce Homo para que una crepe merezca la pena, pero tiene su gracia, ¿no?