Una masa de harina, huevos, leche, mantequilla y azúcar es lo que entendemos hoy en día por crepes. Pero, cuándo y cómo surgieron no es algo que todo el mundo sepa, aunque la mayoría sospechamos que nacié en Francia. Y en eso, a ciencia cierta, tenemos razón, auunque se dice que ya podían haber existido en el Imperio Romano. 

 

El origen de las crepes viene de la mano de los agricultores medievales en la Bretaña francesa como tortas hechas con trigo de sarraceno y más crujientes que la actual crepe. Se llamaban galettes, ya que se cocinaban sobre piedras calientes, y los campesinos las empezaron a rellenar con ingredientes para transportar así con facilidad la comida. De ahí la diversidad de rellenos de crepes que tomamos en la actualidad, aparte de que cada chef crea sus propias recetas.

 

Por último, ya en el Renacimiento, los bretones fabricaron unas planchas de hierro y la espátula con las que perfeccionaron las crepes, que se extendieron por toda Europa a través de mercaderes o cocineros nómadas.

 

Así, las crepes, con la variedad en los ingredientes y su difusión mundial, no son más que las sucesoras de unas tortas medievales hechas de trigo sarraceno en la Bretaña. Actualmente, la auténtica crepe salada se sigue haciendo a base de esta harina y se sigue llamando galette.